UNO PARA TODOS Y TODO PARA UNOS POCOS…

Redacción Editoriales /JPCuando hay un atentado terrorista de musulmanes: no todos son así…

Cuando hay un asesinato detrás de otro cometido por extranjeros: no todos son así…

Pero da la extraña casualidad de que en el momento que un hombre mata a su mujer, esto es, un uxoricida, entonces todos los hombres están cubiertos con una especie de potencialidad aristotélica que todo lo envuelve y que criminaliza a la mitad de la población. Pero eso sí, las mujeres y las niñas pueden matar a esas cosas extrañamente llamadas fetos porque dicen que, extrañamente, es su cuerpo (no el del niño).

Si trabajaba sola en esta gran campaña genocida la Bibiana Aido, que tiene nombre de chica que fuma, y debería ir con cuidado con la ley antitabaco de su jefe, ahora se le ha unido otra amiga. Esta amiga, Ministra de Sanidad, es lo que se podría llamar una correligionaria de la sicaría del Ministerio del infanticidio impune y sin contemplaciones. Matar a niños, eufemísticamente llamados fetos, por lo feos que son, será lo mismo que quitarse un grano o clavarse un supositorio por el culo.

La sociedad vive en su juventud eterna impuesta. Las chicas y niñas de 24 años nunca deben llegar a ser mujeres, no; siempre niñas, salir de fiesta, todas las libertades del consumismo, del libertinaje, de la progresía ideológica… pero a lo hora de servir a la naturaleza, nada de nada. La individualidad e individualismo del conservadurismo liberal se ha vertido en el comunismo llamado falazmente socialismo.

Si esto no fuese ya poco, resulta que también al que piensa diferente hay que criminalizarlo por el todo. El todo por la parte. Ahora es todo para uno, y lo que se pueda aprovechar será sólo para unos cuantos. Se han difundido las imágenes del asesino de Palomino en el metro. Es un chico, es un asesino según sentencia. Pero extrañamente, su tendencia ideológica sí que es pertinente para criminalizar a toda la ultraderecha, a toda la derecha y a parte de la izquierda socialista verdadera que no comulga con los comunistas del gobierno de ZPatero, con los anarquistas de los sindicatos y con los masones de la sectas.

Ahora un pequeño saltamontes acabará devorando todo el prado en beneficio de unos pocos. Sea de extrema derecha o de izquierda, quien mata va a la cárcel. Los mismos medios que crucifican a toda una rama ideológica por un acto de un individuo, son los mismos que aplauden como normal y civilizado que dos etarras sean reubicados en prisión porque van a tener un hijo.

Es curiosa la libertad de prensa que permite criminalizar lo que oportunamente se considera necesario en cada momento. Por contra, parte de la libertad de defensa está siempre sometida a la ilegalidad para no poder defenderse. En todo esto, Aido y su Sancha, y Palomino y sus amigos son todos ellos hermanitas de la caridad que cuidan de todos.

Recientemente se publicó en un medio de internet que Palomino levantaba proclamas violentas y hacía apología de la misma violencia extrema. De todo eso no se sabe nada porque la página que administraba ha desaparecido convenientemente antes del revuelo provocado por las imágenes.

La cuestión es que le acto de uno repercute en la comunidad al completo cuando al gobierno de ZPatero no le interesa o cuando le interesa sacar partido, y no se te ocurra pensar que todos los musulmanes son afines a la idea de la lucha contra occidente y tampoco levantes la voz contra el aborto porque entonces las adolescentes te las echan a la cabeza.

Triste es la sociedad y cerrada sus ciudadanos que se dejan amilanar por un gobierno que sólo trabaja por la estupidez humana para preservar sus intereses adquiridos y que no son para nada naturales, como pretendía su líder ideológico y espiritual del siglo XIX.

Estupidez que se muestra cuando defienden que ahora declara Fernández Ordóñez y diga que «hay síntomas de mejora». Es falso, lo que hay es que hay menos paro, sí; que hay un 10% de creación de empresas, sí. Todo esto se explica con un simple axioma: cuando ya no queda más trabajo que destruir, desciende más lentamente; cuando no hay más empresas que cerrar… sólo queda la alternativa de que la que abre lo haga de forma positiva (siempre se han creado empresas, pero se anulan con el cierre desmesurado de otras).

Redacción Editoriales /JPEn definitiva, que cuando ya no queda más agua en la botella o cuando te queda poca pasta de dientes en el tubo de pasta de dientes, sólo caen gotas o sólo emerge una cabecita de dentífrico. Pera tanto el tubo como el vaso están vacíos.

REDACCIÓN

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